La Escuela y El Coaching

El supuesto que el lenguaje describe la realidad nos hace considerar la aseveración “Juan es un niño de 9 años” igual a la aseveración “Juan es travieso”. Por siglos hemos tratado estos enunciados de manera similar. Sólo partiendo por admitir que el lenguaje es acción es que podemos advertir la profunda diferencia entre ellas. La primera de las aseveraciones puede ser fácilmente comprobable, podemos traer evidencia sobre la edad de Juan, respecto de la segunda aceptamos que se puede discrepar de lo que estamos diciendo. El juicio siempre vive en la persona que lo formula: traemos del pasado observaciones que forman nuestros juicios enunciados en el presente y van a afectar el futuro… las palabras guían y el mundo las sigue.

Volviendo a Juan…decir que es travieso determina su identidad y abre o cierra posibilidades.

Rosana, docente de 3*A del CIC San Clemente del Tuyu, realizó una reunión de padres diferente, utilizando herramientas de Coaching para la entrega de boletines.
Trabajó sobre “los juicios” en el sentido amplio: aquellos juicios que marcaron identidad en los padres, aquellos que proyectan sobre sus hijos y los juicios apreciativos (aquellos que muestran al niño sus fortalezas, su grandeza y sus posibilidades (1)) de la docente hacia sus alumnos.
(1) Aquí Juan es motor de inquietudes de sus compañeritos, es alegría para el grupo, es el preguntón de la clase…

La modalidad del encuentro constó de dos dinámicas para los padres:
1. Un espacio para la reflexión sobre los juicios que moldearon su identidad cuando chicos.
2.La construcción de una pared conjunta (“La Pared del Amor”, nombrada así por los chicos) cuyos ladrillos contenían su mirada apreciativa hacia ellos y fue lo que les entregaron como regalo.

El espacio del encuentro fue el aula, lugar donde hoy se encuentra La Pared y los acompañará para trabajar durante todo el año.

Agradecemos a Rosana la escucha, el interés y la experiencia compartida.