viernes, 26 de junio de 2009

El Mundo. Eduardo Galeano, El Libro de los Abrazos

Avivando el Fuego interior, Mara Cárdenas

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. - El mundo es eso - reveló - Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarles sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

El Equipo encontró este cuento en Coaching, El Arte de Soplar Brasas en Acción, Leonardo Wolk.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

..Me encanto el cuento!
Gracias!!

Anónimo dijo...

Es muy bella! todos somos llamitas y aunque muchas veces creemos que podrian quemarnos por dentros ciertas emociones, al punto volvernos cenizas.. rapidamente recordamos a FeniX y la llamita encuentra otra y asi se arma el fogon. No podemos con nuestra naturaleza el hombre nacio para expandir su llama.
v