lunes, 27 de diciembre de 2010

Las Alas del Deseo III. - Cuando el Niño era Niño...







..."Dos cosas más aprendimos en la lluvia: cualquier sed tiene derecho cuando menos a una naranja grande y toda tristeza a una mañana de circo, para que la vida sea, alguna vez, como una flor o una canción".

Mario Payeras





Cuando el niño era niño
las manzanas y el pan le bastaban de alimento,
y todavía es así.
Cuando el niño era niño,
las bayas le caían en la mano
sólo como caen las bayas,
y ahora todavía.
Las nueces frescas le ponían áspera la lengua,
y ahora todavía.
Encima de cada montaña
tenía el anhelo de una montaña más alta
y en cada ciudad
el anhelo de una ciudad más grande,
y siempre es así todavía.
En la copa del árbol
tiraba de las cerezas con igual deleite
como hoy todavía.
Se asustaba de los extraños
y todavía se asusta;
esperaba las primeras nieves,
y todavía las espera.

Cuando el niño era niño,
lanzó un palo como una lanza contra un árbol,
y hoy vibra ahí todavía.



domingo, 26 de diciembre de 2010

Sumas













Creo que esta noche hay luna nueva: ninguna noche más serena, ninguna sangre correrá en toda la ciudad. Nunca he jugado con alguien y sin embargo nunca he abierto los ojos y he pensado: ahora va en serio. Ahora al fin irá en serio. Así han ido pasando mis años¿Sólo yo era tan poco seria? ¿Eran tan poco serios los tiempos? Nunca fui solitaria, ni cuando estaba sola ni con otros. Pero me habría gustado al fin ser solitaria. Soledad quiere decir: al fin estoy entera. Ahora puedo decirlo porque al fin esta noche soy solitaria. Marion.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Las Alas del Deseo II - Marion.




No podría decir quién soy. No tengo la menor idea. Soy alguien sin orígenes, sin historia, sin país; y me gusta así. Aquí estoy, libre. Puedo imaginármelo todo. Todo es posible.

Basta que alce la mirada y vuelvo a hacer el mundo. Ahora en este sitio, un sentimiento de felicidad que podría tener siempre. " Marion.







Marion a Daniel




-Algún día tiene que ir en serio. He estado muy sola, pero nunca he vivido sola. Cuando estaba con alguien solía estar contenta, pero al mismo tiempo todo me parecía casual. Estas personas eran mis padres pero podrían haber sido otros. ¿Por qué mi hermano era el de los ojos marrones y no el de los ojos verdes, del andén de enfrente. La hija del taxista era mi amiga, pero igual podría haber rodeado con mi brazo el cuello de un caballo. Estaba con un hombre, estaba enamorada y lo mismo podría haberlo dejado plantado y haber seguido al extraño que nos cruzamos en la calle.

Mírame o no me mires. Dame la mano o no me la des. No, no me des la mano y aparta tu mirada de mí.

Creo que esta noche hay luna nueva: ninguna noche más serena, ninguna sangre correrá en toda la ciudad. Nunca he jugado con alguien y sin embargo nunca he abierto los ojos y he pensado: ahora va en serio. Ahora al fin irá en serio. Así han ido pasando mis años¿Sólo yo era tan poco seria? ¿Eran tan poco serios los tiempos? Nunca fui solitaria, ni cuando estaba sola ni con otros. Pero me habría gustado al fin ser solitaria. Soledad quiere decir: al fin estoy entera. Ahora puedo decirlo porque al fin esta noche soy solitaria.

Hay que acabar con el azar. Luna nueva de la decisión. No sé si hay un destino, pero hay una decisión: decídete. Ahora nosotros somos el tiempo. No sólo la ciudad entera, el mundo entero toma parte ahora mismo en nuestra decisión. Ahora los dos somos más que sólo dos. Nosotros encarnamos algo. Estamos sentados en la plaza del pueblo y toda la plaza está llena de gente que anhela lo mismo que nosotros. Nosotros decidimos el juego por todos. Estoy lista, ahora es tu turno. Tienes el juego en tus manos. Ahora o nunca. Me necesitas y me necesitarás. No hay historia mayor que la nuestra, la del hombre y la mujer. Será una historia de gigantes, invisibles, transmisibles, una historia de nuevos ancestros. Mira mis ojos, son la imagen de la necesidad, del futuro de todos en la plaza.
Anoche soñé con un desconocido, con mi hombre. Sólo con él podía ser solitaria. Abrirme a él, toda abierta, toda para él, acogiéndolo entero como un todo dentro de mí, rodeándole con el laberinto de la dicha común. Lo sé eres tú.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Las Alas del Deseo. P.Handke.







Las Alas del Deseo
Der Himmel uber Berlín







Cuando el niño era niño
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente
y que este charco fuera el mar.

Cuando el niño era niño
no sabía que era niño
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.

Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía ninguna costumbre
se sentaba en cuclillas,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.

Cuando el niño era niño
era el tiempo de preguntas como:
¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué no allí?
¿Cuando empezó el tiempo y dónde termina el espacio?
¿Acaso la vida bajo el sol no es sólo un sueño?
Lo que veo oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo ante el mundo?
¿Existe de verdad el mal
y gente que en verdad son los malos?
¿Cómo puede ser que yo, el que yo soy,
no fuera antes de devenir; y que un día yo,
el que yo soy, no seré más ese que soy?



Diálogo entre Daniel y Cassiel (ángeles)

Daniel: -¿Y bien?

Cassiel: -Hace veinte años se estrelló un caza soviético cerca de Spandau, en el lago Stossen. Hace cincuenta años…

D.: -Fue la Olimpíada.

C.: -Hace doscientos años Blanchard voló sobre la ciudad en un globo aerostático.

D.: -Como los refugiados del otro día. Y hoy, en el lago Lilienthal, alguien ha aminorado el paso y ha mirado a sus espaldas, en el vacío…

En Correos alguien quería acabar para siempre, pegó sellos especiales en sus cartas de despedida, uno en cada una; y luego en Mariannenplazt habló con un soldado americano en inglés, por vez primera desde el colegio y, además, con soltura.

En Plotzenzee un preso antes de tirarse de cabeza contra el muro dijo «ahora».

En el metro zoo, el conductor en lugar del nombre de la estación, gritó de pronto «¡Tierra del fuego!»…

D.: -¡Qué bonito!

C.: -En Renbergen un anciano leía La Odisea a un niño y el pequeño oyente había dejado de parpadear…

Y tu, ¿tienes algo para contar?

D.: -Un transeúnte que cerró el paraguas en medio de la lluvia y se dejó calar…

Un colegial que describía a su profesor cómo crece el helecho de la tierra y sorprendió al profesor.

Un ciego que palpó su reloj al sentir mi presencia.

Es maravilloso vivir sólo en espíritu, día a día para la eternidad, atestiguar sólo lo espiritual de la gente. Pero a veces me hastía mi presencia de espíritu. Y ya no quisiera ese flotar eterno, quisiera sentir un peso que anulara en mí lo ilimitado y me atara a la tierra. Poder, a cada paso, a cada golpe de viento, decir «ahora» y «ahora» y «ahora»… Y ya no más «desde siempre» y «para siempre». Tomar el asiento libre de un partido de cartas, ser saludado aunque sea sólo con un gesto.

Siempre que hemos participado ha sido sólo en apariencia: nos hemos dejado dislocar la cadera en peleas nocturnas, en apariencia. Hemos capturado un pez, en apariencia. Nos hemos sentado a las mesas, hemos comido y hemos bebido, en apariencia. Nos hicimos asar corderos y servir vino allá en las tiendas, sólo en apariencia. No pido engendrar un niño o plantar un árbol, pero ya sería algo, de vuelta a casa tras un largo día, dar de comer al gato como Philip Marlowe. Tener fiebre, tener los dedos negros de leer el periódico. Fascinarme no sólo por el espíritu, si no, al fin, por una comida, por la curva de una nuca, por una oreja.

¡Mentir como respirar! Sentir que al andar, tu esqueleto anda contigo. Intuír, por fin, en vez de saberlo todo. Poder decir «Ay» y «Ts» y «Ah» y «Aj», en vez de «Si» y «Amén».

Sentir al fin lo que es quitarse los zapatos debajo de la mesa y estirar los dedos de los pies así descalzo.

C.: ¡Quedarse solo! ¡Dejar que las cosas ocurran! ¡Permanecer serios! Sólo podemos ser salvajes mientras permanezcamos serios. ¡No hacer otra cosa que mirar, recolectar, testimoniar, preservar! ¡Permanecer espíritu! ¡Mantener la distancia! ¡Mantener la palabra!